El Príncipe - opinión personal


OPINIÓN PERSONAL
CAPITULO XXII



Una de las cosas que más me atrajo de su vida y de su forma de ser fue que Maquiavelo dice las cosas crudas, quizá a veces nosotros lo pensamos pero jamás lo decimos, como sociedad no estamos acostumbrados a decir las cosas crudas tanto como lo hico Maquiavelo en ese entonces.

Para mí es una de las ideas más interesantes, tanto así que ahora esta característica en alguien más, lo llamamos “maquiavélico”, no podemos juzgar fu forma de pensar e incluso muchas veces nosotros pensamos de igual forma. ¿Pero por qué no podemos juzgar?

Maquiavelo vivió en Italia, lugar en el que no estaba pasando por un buen momento y ese mismo entorno le creó esta maquiavélica forma de pensar.

Nicolás Maquiavelo, estudió durante 15 años el arte de gobernar para poder traducirlo en una obra de veintiséis capítulos. Veinticuatro dedicados al arte del Estado y dos a la exhortación final, en la que reclama la necesidad de una unidad nacional de Italia y su liberación del dominio extranjero. Para él su obra El Príncipe, no es más que un prototipo de qué es lo que se debe hacer en el poder, en cómo los gobernantes deben elegir a sus ministros o a sus secretarios. Todo depende como éste debe manejar su sabiduría para discernir entre un buen o mal ministro. ¿Pero qué es lo bueno y malo para un príncipe? ¿Acaso no le basta al príncipe que el ministro lo siga en todo momento, le obedezca y le cumpla?

Maquiavelo menciona en este capítulo que no sólo basta que lo siga, pues si el ministro piensa más en sí mismo que en el príncipe y que en todas las acciones busca su propio provecho, jamás será un buen ministro. Además no sólo es trabajo del ministro quedarse, el príncipe también tiene que hacer ciertos méritos para honrarle por su trabajo y dignidad.

Actualmente es de poca importancia llegar a elegir a hombres sabios y fieles, ya que siempre van en contra de su deber, no hablan con verdad y sólo les interesa la ambición.

En conclusión puedo opinar estar de acuerdo con lo escrito por Nicolás Maquiavelo, pues un gobernante siempre debe elegir con sabiduría a su secretario, de tal forma que estos sean fieles, competentes, y que se entreguen fielmente a su servicio, poniendo siempre los intereses de su gobernador por encima de sus intereses personales.


Camila Arteaga Torres

Comentarios